La función principal de los ganglios linfáticos del cuello es filtrar y purificar la linfa, la cual contiene glóbulos blancos. Los ganglios linfáticos detectan la presencia de microorganismos, como bacterias, virus y células cancerosas, y activan una respuesta para combatir estas amenazas. Cuando los ganglios detectan un invasor, pueden hincharse y volverse sensibles, lo que es una señal de que el cuerpo está trabajando para combatir la infección o la enfermedad.
En el caso del cáncer, los ganglios linfáticos cercanos a un tumor pueden ser los primeros lugares donde las células cancerosas se propagan a través del sistema linfático. Por lo tanto, la evaluación de los ganglios linfáticos del cuello es importante en el diagnóstico y tratamiento de ciertos tipos de cáncer, como el cáncer de tiroides y los cánceres de cabeza y cuello.
La vida de un paciente después de una cirugía de ganglios linfáticos del cuello puede variar según varios factores, incluida la extensión de la cirugía, la razón de la extirpación de los ganglios y la respuesta individual del paciente a la intervención quirúrgica.
Después de la cirugía, es probable que el paciente requiera un seguimiento médico regular para monitorear su salud, evaluar cualquier complicación potencial y proporcionar cualquier tratamiento o terapia adicional que pueda ser necesaria.
Luego de la cirugía los pacientes la vida del paciente es normal, y sin complicaciones. El especialista podrá informarle sobre otros síntomas que se ven en casos eventuales de pacientes.
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